Autores: Talavera Juan O., Wacher Rodarte Niels Hansen, Rivas Ruíz Rodolfo
Una prueba diagnóstica tiene como fin establecer la presencia de salud o enfermedad, en cuyo caso puede, incluso, graduar el grado de afección. Las pruebas diagnósticas suelen evaluarse matemáticamente. Así, se estiman la sensibilidad y la especificidad una vez conocida la existencia o no de enfermedad; en la práctica clínica suele actuarse en forma inversa: de la positividad o negatividad de una prueba hacia la presencia o no de la enfermedad y, por lo tanto, se utilizan los valores predictivos positivos y negativos. Las estrategias matemáticas permiten cuantificar lo observado, pero se requiere juicio clínico para determinar la calidad de esa observación; en consecuencia se deben considerar algunas características: a) la selección bajo los mismos criterios para casos y testigos; b) la inclusión de todo el espectro de severidad de la enfermedad (procurando que todos los estratos cuente con un número importante de sujetos); c) la interpretación del estándar de oro y de la prueba en estudio debe ser a ciegas y por expertos; d) la interpretación de los resultados debe mostrar la aplicación de prueba en la práctica cotidiana; e) se debe comprobar la reproducibilidad de la prueba. No debe olvidarse que habitualmente se atiende a un paciente a la vez, por lo tanto es indispensable un conocimiento pleno del desempeño de la prueba diagnóstica y considerar la parte clínica para su correcta aplicación.
Palabras clave: Investigación proyectos de investigación técnicas y procedimientos diagnósticos
2011-06-09 | 1,576 visitas | 1 valoraciones
Vol. 49 Núm.2. Marzo-Abril 2011 Pags. 163-170 Rev Med Inst Mex Seguro Soc 2011; 49(2)