Estamos reunidos para reconocer una de las funciones sustantivas del ejercicio gremial, el mantenerse unidos por un fin común. Esto parece ser sencillo para otras profesiones, tal vez para idiosincrasias diferentes a la del mexicano; sin embargo, en nuestro país, nuestra profesión, pero, sobre todo, en nuestra especialidad, el mantenerse unido se convierte en una tarea titánica. Constantemente somos testigos del nacimiento de agrupaciones gremiales, pero tardan más en formarse que en separarse; motivos que más bien son pretextos, podemos aducir: incompatibilidad de caracteres, improductividad de las reuniones, malos manejos administrativos, saturación de trabajo, lejanía en las asambleas. Podemos ponerles adjetivos como: egoísmo, falta de solidaridad, incapacidad de alejarse de la zona de confort, el acostumbrarse a que todo sea regalado, incluso a costa de la dignidad y la nula respuesta a los retos que el entorno nos presenta.
2014-09-08 | 411 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 24 Núm.4. Julio-Agosto 2014 Pags. 100 Revista AMMVEPE 2014; 24(4)