El proceso de envejecer es de carácter individual, gradual y asincrónico, caracterizado por el deterioro en la capacidad funcional del organismo, que sucede posterior a la madurez, que a la larga conduce a la muerte del mismo; no debe ser visto como una enfermedad, sino como una etapa de la vida de la cual se conoce poco, tanto biológica como psicológica y socialmente. La prevención de las enfermedades crónicas, el acceso a servicios de atención primaria, y la creación de entornos adaptados a las personas mayores han permitido que el número de años de vida vaya en aumento. Este proceso también se ve influenciado por los prejuicios preconcebidos y culturales que pueden afectar y alterar la visión del propio envejecimiento. El mantener libre de estos prejuicios la atención médica, social y cultural que reciben los adultos mayores, favorece un envejecimiento socialmente armónico y libre de violencia y cambia la forma en que se pueden generar las redes sociales. La información sobre los papeles que juegan los adultos mayores es variada y tiene una estrecha relación con los procesos de empoderamiento, lo que a su vez posibilita la resolución de problemas familiares e individuales. Para ello, es necesario generar un modelo social en el que se incida en la construcción social con una identidad definida del adulto mayor.
Palabras clave: Los prejuicios de la vejez y la visión del propio envejecimiento
2016-05-02 | 1,206 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 7 Núm.19. Enero-Abril 2016 Pags. 245-250 Rednutricion 2016; 7(19)