Autores: Hernández Pacheco René, Ramírez Hernández Guillermo, Bautista Flores Roberto
Introducción El sentido del equilibrio es proporcionado por estructuras en el oído interno que se conocen en conjunto como el aparato vestibular, los movimientos de la cabeza hacen que el líquido dentro de estas estructuras flexione extensiones de células pilosas sensoriales, y esta flexión origina la producción de potenciales de acción. Las estructuras sensoriales del aparato vestibular y la cóclea están ubicadas dentro del laberinto membranoso, una estructura tubular llena con un líquido llamado endolinfa. La endolinfa difiere de cualquier otro líquido extracelular: tiene una concentración más alta de K+ y concentraciones mucho más bajas de Na+ y Ca2+ que otros líquidos extracelulares; por estas razones, la despolarización de células pilosas mecanorreceptoras es producida de manera singular por el flujo pasivo de K+ a favor de su gradiente electroquímico hacia las células pilosas, el laberinto membranoso está situado dentro de una cavidad ósea en el cráneo, el laberinto óseo, dentro de esta cavidad, entre el laberinto membranoso y el hueso, hay un líquido llamado perilinfa, a diferencia de la endolinfa, la perilinfa es bastante típica de líquidos extracelulares como el líquido cefalorraquídeo. El utrículo y el sáculo proporcionan información acerca de aceleración lineal, por ende, hay un sentido de aceleración y desaceleración cuando se va en automóvil o cuando se salta la cuerda, los canales semicirculares proporcionan un sentido de aceleración rotacional, o angular, orientados en tres planos como las caras de un cubo; esto ayuda a mantener el equilibrio cuando se gira la cabeza, se gira sobre sí mismo, o se hacen acrobacias. La estimulación de las células pilosas en el aparato vestibular activa neuronas sensoriales del nervio vestibulococlear, estas fibras transmiten impulsos hacia el cerebelo y hacia los núcleos vestibulares del bulbo raquídeo, los núcleos vestibulares, a su vez, envían fibras hacia el centro oculomotor del tallo encefálico y hacia la médula espinal. Las neuronas en el centro oculomotor controlan los movimientos oculares, y las neuronas en la médula espinal estimulan los movimientos de la cabeza, el cuello y las extremidades, los movimientos de los ojos y el cuerpo producidos por estas vías sirven para mantener el equilibrio y llevar un registro del campo visual durante la rotación.
Palabras clave: Signo de Romberg Prueba de Babinsky-Weil Prueba del índice Prueba de Barany Prueba de Untenberger.
2018-11-05 | 1,032 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 8 Núm.2. Mayo-Agosto 2018 Pags. 53-55. Rev Trau Amer Lat 2018; 8(2)