Resumen

La enfermedad renal crónica es un problema de salud pública mundial que afecta alrededor del 5-10% de la población. A medida que la función renal declina se va deteriorando progresivamente la homeostasis mineral, desarrollando enfermedad mineral ósea, en ésta se identifican anormalidades bioquímicas que se caracterizan por trastornos del metabolismo del calcio, fósforo, hormona paratiroidea y vitamina D; anormalidades óseas que incluyen alteraciones en el remodelado, mineralización, volumen, crecimiento o fragilidad del esqueleto y calcificaciones cardiovasculares o de tejidos blandos. La vitamina D tiene un papel importante en la regulación del metabolismo mineral y óseo ya que su acción está estrechamente relacionada con la función renal y en los pacientes con este padecimiento se ve disminuida esta vitamina, por lo que el pronóstico de la enfermedad mejora con la suplementación de vitamina D activa, dado que puede equilibrar las concentraciones de calcio y fósforo, disminuye los niveles elevados de hormona paratiroidea, previniendo el hiperparatiroidismo secundario, la baja masa ósea que conlleva a riesgo de osteoporosis y fracturas, así como la disminución en las calcificaciones vasculares, que generan enfermedad cardiovascular, la cual es la principal causa de mortalidad en pacientes con ERC.

Palabras clave: vitamina D enfermedad renal crónica enfermedad mineral ósea hiperparatiroidismo secundario suplementación.

2019-09-26   |   1,912 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 10 Núm.2. Mayo-Agosto 2019 Pags. 647-653 Rednutricion 2019; 10(2)