Autores: Franco Trejo Christian Starlight , González Álvarez Ana Karenn , Chávez Lamas Nubia Maricela, Falcón Reyes Luz Patricia , Medrano Cortés Eduardo, Pesci Gaitán Ana María
Introducción.
Como resultado de la aparición de la pandemia por SARS cov2, en los últimos meses se han hecho una serie de protocolos que retoman medidas en materia de bioseguridad. Los consultorios de medicina general forman parte de las clínicas de atención dental, por ello los protocolos de bioseguridad deben ir a la par del tipo de atención que se ofrece. El SARS-COV2, apareció en China en diciembre 2019, provoca una enfermedad llamada COVID-19, declarada pandemia por la OMS en marzo 20201. Es de una familia de coronavirus que causan síndromes respiratorios, puede ir desde un cuadro asintomático o resfriado común hasta enfermedades más graves e incluso la muerte, tal y como sucedió con el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), en 2003 y el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), en 2012.2,3 Su mecanismo de trasmisión es a través de una persona al hablar o toser, viaja en aerosoles de menos de 5 micras, por contacto directo con una persona infectada o directo de superficies contaminadas3
Objetivo.
Analizar los protocolos de bioseguridad vigentes durante la atención de primer contacto y su aplicación en la consulta externa de medicina general de las clínicas dentales.
Material y métodos.
Revisión bibliográfíca
Protocolos de bioseguridad en la atencion de primer contacto
La bioseguridad será la clave para que a través de procedimientos ajustados y aptitudes del personal se pueda reducir el riesgo de trasmisión de esta y otras enfermedades infectocontagiosas en el servicio de atención odontológica4. Actualmente, como parte de los protocolos se mencionan medidas generales de distanciamiento social, higiene de manos, y uso de cubrebocas, entre otras ampliamente difundidas por todos los medios de comunicación, nacionales e internacionales. Ventilación natural por encima de los implementos de aire acondicionado, a menos que estos cuenten con sistema de presión negativa. El flujo del aire acondicionado puede ser un agente diseminador de este virus si no se cuenta con una instalación específica para áreas clínicas.5 Los aerosoles pueden quedar suspendidos en el aire tiempo después de que ya no se estén generando6. El personal de consulta externa deberá contar con el material indispensable para la realización de sus actividades, sin portar joyería, uso de zapato cerrado o crocs de dorso liso; cabello recogido, evitar uso de maquillaje, de barba, portar uniforme institucional limpio (uniforme quirúrgico), lentes o careta, cubrebocas quirúrgico, gorro quirúrgico, bata clínica bien cerrada, guantes de látex o nitrilo en caso de exploración fisca que así lo amerite. El aseo de manos es indispensable antes y después de atender a cada paciente, con agua y jabón o solución de gel alcoholada7. Emplear el mínimo de papelería posible o exposición de la misma durante la jornada, al término tomar las precauciones para su almacenamiento con el fin de evitar el menor número de fómites, desinfectar el escritorio, computadora, impresora, teléfono y cualquier objeto necesario, después de atender a cada paciente. Según la OMS, esto debería hacerse con hipoclorito de sodio 0.5% o alcoholetílico 70% durante al menos un minuto5. En caso de ingreso a salas donde se producen aerosoles, como parte de los protocolos de atención de alguna urgencia el equipo de protección personal deberá contar con gorro quirúrgico, googles herméticos, careta, mascarilla N95 o su similar, bata quirúrgica impermeable 360 grados, guantes internos cortos y externos largos, botas quirúrgicas7. Las mascarillas son una barrera física contra partículas o microorganismos que se encuentran en el aire. La N95 es la más recomendada y utilizada para el manejo de infecciones respiratorias, ya que cubre de mejor manera las estructuras oronasales, creando un sello hermético con la piel, reduciendo al mínimo la posibilidad de contagio y evitando el paso de al menos 95% microorganismos y particulas que se encuentran en el aire8. Derivado de la escases de equipos de protección, secundaria a la alta demanda a nivel nacional e internacional, se han estudiado los mejores criterios para la reutilización, se refiere a la práctica de usar el mismo respirador para múltiples encuentros con pacientes, pero quitándoselo después de la atención.9 El respirador se almacena entre los encuentros y puede o no ser reprocesado antes de volver a utilizarse en el siguiente encuentro con un paciente. Se entiende como reprocesamiento el proceso para descontaminar un respirador con me?todos de desinfeccio?n o esterilización10. Una estrategia de reutilización recomendada por el Centro de Control de Infecciones (CDC) de los Estados Unidos para disminuir el riesgo de transmisión de patógenos desde el respirador al usuario es proveer a cada profesional de la salud que realiza PGA tantos respiradores N95 como días a la semana trabaje, de modo tal que le permita utilizarlo, almacenarlo adecuadamente, y volver a utilizarlo siete días después.9 Como parte de las estrategias se sugiere que personal cuente con esquema de vacunación completo, en particular la vacuna de la influenza, además de identificar áreas y rutas de atención11.
Conclusiones.
Las medidas de higiene, así como los equipos de protección personal no son por si mismo los únicos elementos que previenen el riesgo de contagios y trasmisión de los patógenos, estos sin duda deberán ir de la mano de los controles de ingeniería, administrativos propios de cada institución. Los equipos de protección están diseñados para hacer un efecto de barrera que protejan la piel, y las mucosas, las vías respiratorias, de la exposición de patógenos por exposición a secreciones, aerosoles y otros materiales potencialmente infecciosos, por lo quees importante su uso adecuado y racionado, así como la capacitación a toda la planta laboral y alumnos para un uso correcto.
Palabras clave: PROTOCOLOS BIOSEGURIDAD CONSULTA EXTERNA CLINICA DENTAL
2023-06-24 | 594 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 15 Núm.1. Septiembre 2020 Pags. 88-90 Rev Invest Cien Sal 2020; 15(Supl. 1)