Autor: Quesada Chanto Adolfo
Uno de los retos más importantes de la medicina actual es el tratamiento del cáncer, cuyo éxito muchas veces dependerá de un diagnóstico precoz y de un seguimiento posoperatorio eficaz. Un destacado aporte de la bioquímica moderna ha sido el hallazgo de ciertas sustancias que se pueden medir en sangre para ser usadas como marcadores tumorales. Desafortunadamente no se ha encontrado una sustancia que sea cien por ciento sensible y específica para un tipo de cáncer. Por lo tanto, la utilidad de un marcador en la clínica variará según su grado de especificidad y sensibilidad. La falta de especificidad está relacionada con pacientes sanos o que padezcan enfermedades no malignas que presentan niveles elevados de marcadores tumorales. Por lo tanto, niveles elevados de éstos no sirven para hacer diagnóstico de malignidad. Por ejemplo, muchas veces los marcadores tumorales pueden estar falsamente elevados en enfermedad hepática o renal debido a que se acumulan en sangre por excreción inadecuada. La falta de sensibilidad se refiere a personas que a pesar de tener un tumor dado no producen niveles elevados de marcadores tumorales. De ahí que niveles normales de marcadores tumorales no indican ausencia de malignidad, pues puede ser que no la produzca del todo o que la malignidad se encuentra en un estadio que lo genera en bajas concentraciones. Las aplicaciones más importantes de los marcadores tumorales son el diagnóstico, monitoreo de tratamiento, detección de recurrencias y pronóstico.
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2004-05-24 | 1,993 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 2 Núm.10. Abril 2004 Pags. 09-13. Dol Clin Ter 2004; II(10)