Editorial

Autor: Ramiro Hernández Manuel

Fragmento

Cada vez está más claro que la enfermedad vascular cerebral tiene una perspectiva terapéutica más halagüeña, hasta no hace mucho tiempo el tratamiento estaba reducido a ofrecer al paciente los cuidados generales, que continúan siendo fundamentales, durante la evolución natural de la enfermedad. No se había logrado modificar el curso del infarto aterotrombótico, sobre la prevención primaria y secundaria está muy claro el papel que tienen varios medicamentos y modificaciones en el estilo de vida, lo mismo que el diagnóstico oportuno de la enfermedad en otras manifestaciones, como la crisis isquémica transitoria o la enfermedad carotídea ateroesclerosa.1,2 En la actualidad, el tratamiento trombolítico modifica claramente la mortalidad y la morbilidad del infarto cerebral aterotrombótico;3 sin embargo, no es fácil establecer o sistematizar el tratamiento de este problema. Para conseguir que sea exitoso hay que iniciar el tratamiento antes de que transcurran tres horas de iniciado el cuadro clínico.4 En el infarto agudo del miocardio es muy difícil conseguir el inicio del tratamiento antes de que transcurran seis horas, no obstante que se ha logrado que el conocimiento de la enfermedad sea mucho más claro y esté más difundido, lo mismo que la necesidad de establecer la terapéutica. La enfermedad vascular cerebral es la sexta causa de muerte en nuestro país, y el padecimiento que implica más días de estancia hospitalaria en todos los sistemas de salud,5 en ello influye, entre otros factores, el hecho de que continuamos proporcionando, en la mayoría de los casos, sólo cuidados generales durante la evolución natural de la enfermedad.

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2004-09-29   |   1,068 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 20 Núm.2. Marzo-Abril 2004 Pags. 73-74 Med Int Mex 2004; 20(2)