Autor: García Procel Emilio
La salud y la enfermedad, conceptos opuestos y complementarios al mismo tiempo, son cruciales para la medicina en la relación médico-paciente y merecen ser analizados con detenimiento. Toda sociedad se ha visto en la imperiosa necesidad de afrontar la fragilidad e inseguridad de la existencia de las personas. De ello nace la exigencia de fomentar la aplicación de procedimientos destinados a mitigar los inexplicables hechos asociados al temor y la desesperanza que producen las enfermedades. Es de suponerse que aun en tiempos muy remotos los enfermos debieron haber buscado la mejor atención y ayuda para atender sus molestias, y en ese anhelo pudieron participar tanto familiares como amigos; deseo primario de obtener el máximo grado de competencia y calidad en la atención recibida. En épocas posteriores esta búsqueda seguramente se tornó más exigente al formalizarse las actividades curativas de los primitivos médicos, pues éstos tenían que establecer un límite socialmente acordado para evaluar sus acciones. De ese menester surgió un sistema de sanciones cuando los resultados deseados o aceptables no se lograban. Los ejemplos son múltiples; el llamado Código de Hammurabi puede recordarnos este tipo drástico de interrelaciones entre los médicos y sus pacientes.
2004-10-06 | 1,577 visitas | 1 valoraciones
Vol. 3 Núm.5. Enero 2005 Pags. 9-12 Dol Clin Ter 2005; III(5)