Autor: Lifshitz Guinzberg Alberto
El modelo de atención médica que ha prevalecido en los últimos decenios del siglo XX ha tenido como centro al hospital. La formación de los médicos y enfermeras se realiza dentro de los grandes hospitales; los pacientes se hospitalizan con el mínimo pretexto, a veces sólo para estudio y acuden al hospital para resolver cualquier necesidad de salud, desde una consulta extemporánea, la aplicación de una vacuna o tan sólo para recibir instrucciones. Muchos consultorios se establecen cerca de los hospitales considerando que buena parte de la consulta externa es previa o posterior a la hospitalización; el hospital, incluso, desplazó a la visita a domicilio cuando los médicos comenzaron a citar a los pacientes en el servicio de urgencias para evaluarlos. En suma, todo el sistema de atención gira alrededor de los hospitales y ello propició que se construyeran grandes edificios con todos los servicios, incluyendo las consabidas torres de consultorios adyacentes. Sin embargo, en los albores del siglo XXI ya se ha hecho evidente que este modelo tiene sus limitaciones. Una de ellas es el incremento en los costos de la atención médica, lo que tiene el riesgo de dejar fuera de las posibilidades de atención a un sector considerable de la población. Una buena parte del excesivo costo de la atención médica tiene que ver con la hospitalización: los gastos de hotel, los administrativos, los tiempos perdidos que prolongan la estancia, etc. Pero no es ésta la única limitación. El hospital no ha resultado tan “hospitalario” en la medida en que el paciente tiene que someterse a una serie de reglas que limitan su libertad; desvincularse de la familia, los amigos y el trabajo; presenciar escenas que no son propicias para su bienestar; aceptar comida a la que no está acostumbrado (en el mejor hospital del mundo, con el mejor chef, los pacientes se quejan de la comida); adaptarse a las dificultades para la comunicación con el exterior y correr algunos riesgos para su salud, como las infecciones nosocomiales y los accidentes intrahospitalarlos, que no son raros.
2004-12-21 | 4,170 visitas | 9 valoraciones
Vol. 18 Núm.3. Mayo-Junio 2002 Pags. 153-154 Med Int Mex 2002; 18(3)