Autor: Esquivel Rodríguez Francisco
“La vida no se corre sin riesgos.” Una plática afectuosa y amable con un amigo (para invitarme a Irapuato a participar en el VII Congreso Regional de Medicina Interna, Región Occidente) generó, como es frecuente, conflictos en mi persona. Acostumbrado a la vida tranquila y a las respuestas lentas, me dijeron que hablara nada menos que de “La Crisis Humana” de nuestros tiempos. Y contesté que lo iba a meditar, pero cometí el error de pensar en voz alta, y este anteproyecto pocos días después se convirtió en el título definitivo de mi plática. Pronto llegó a Morelia el programa de la Reunión y como si no fuera suficiente lo que estaba pasando, había sido elevada a la categoría de “Conferencia Magistral”. ¿Qué hacer? A estas alturas, ya nada. Se dudaría en aceptar si no se antepusieron a las naturales vacilaciones de la responsabilidad, el imperativo del deber, la amistad y los afectos; es éste uno de aquellos rincones de la conciencia que sólo nos pertenece en absoluto y podemos mantenerlo oculto y callado, hasta que alguien solicite que se lo abramos. Cualquiera que sea la calidad de su contenido, desde ese instante se convierte en bien de la comunidad.
2005-01-10 | 1,723 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 18 Núm.5. Noviembre-Diciembre 2002 Pags. 247-250 Med Int Mex 2002; 18(5)