Autor: Ramiro Hernández Manuel
José María Eca de Queiroz (1845, Pavoa del Varzim, Portugal) es un brillante escritor, su vida está plagada de sucesos interesantes que sin duda son vertidos en su amplísima obra. Lo registraron en Lisboa sin que se sepa el nombre de su madre. Sus padres contrajeron matrimonio cuando el niño tenía cuatro años y conoció a su madre y a sus hermanos poco antes de cumplir los 10 años, edad en la que lo internaron para que continuara sus estudios. Sin gran entusiasmo culminó su preparación como abogado y ejerció pronto la diplomacia, fue cónsul por muchos años en La Habana y en diferentes ciudades de Inglaterra, y por más de 15 años en París. Su abuelo huyó durante una crisis política y su padre nació en Brasil. Es, pues, por muchas razones, que Eca de Queiroz fue un cosmopolita y hombre mundano en una época en la que no era fácil lograrlo; sin embargo, a pesar de su tarea diplomática era un personaje retraído y tímido, dedicado; escritor de la vida agitada que lo rodeaba. Gran amigo de los intelectuales portugueses contemporáneos: Antero de Quintal, Ramlho Ortigao, Oliveira Marthus y Gaerra Junqueiro; escritores prolíficos, dos de ellos se suicidaron. Fue amigo y admirador de Zolá. Murió el 16 de agosto de 1900 en Neuilly. Su obra es muy atrevida y sus precedentes tienen grandes coincidencias con los textos de Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán. El crimen del padre Amaro aparece por primera vez en 1875 (Eca de Queiroz tenía 30 años) en Revista de Occidente cuando acababa de regresar de La Habana. En 1878, luego de algunas enmiendas, se publicó en un libro junto con la novela Primo Benito; cuando el autor era cónsul en Newcastle.
2005-01-10 | 1,734 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 18 Núm.5. Noviembre-Diciembre 2002 Pags. 270 Med Int Mex 2002; 18(5)