En este día, cuando resaltamos los valores del hombre de ciencia, nos guardamos para siempre a una persona inolvidable: el profesor Eduardo Paz Presilla. Tengo ante mí la reconfortante pero difícil tarea de rendir homenaje póstumo a un hombre sensible especial, educador genuino y de rigor infinito. Resumir su vida no es una tarea sencilla. Nació el 2 de marzo de 1936 en Mayarí, Santiago de Cuba. Estudió la carrera de Medicina en La Habana, donde obtuvo calificaciones sobresalientes y se graduó de Doctor en Medicina en 1962; entonces comenzó su trayectoria laboral en el Hospital Rural de Calabaza, Sagua de Tánamo, y en 1963 se trasladó al Hospital Municipal de Mayarí. Desde 1965 trabajó en el Hospital “Saturnino Lora” de Santiago de Cuba durante 10 años; desde 1975 hasta 1999, en el Hospital “Dr. Ambrosio Grillo”; y a partir de enero del 2000 hasta su deceso, en el Hospital General “Juan Bruno Zayas”, de modo que 3 de los hospitales provinciales clinicoquirúrgicos docentes se beneficiaron con su caudal de conocimientos. Graduado de Especialista de I Grado en Medicina Interna desde 1968, tenía 35 años de antigüedad en la docencia, era Profesor Consultante de nuestra Universidad Médica, contaba con varias publicaciones científicas y había participado en múltiples eventos y congresos provinciales, nacionales e internacionales. Excelente hijo, esposo ideal, buen compañero y amigo, profesor y maestro irrepetible, quien asumió con dignidad aquello de que “…la medicina es una ciencia difícil, un arte delicado, un humilde oficio, una noble misión…” Fue uno de los principales coautores del reconocido libre de texto Temas de medicina interna, del Profesor Reinaldo Roca Goderich, desde su primera y hasta la cuarta edición, a las cuales hizo una contribución extraordinaria.
2006-05-18 | 2,108 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 9 Núm.3. Julio-Septiembre 2005 Pags. Medisan 2005; 9(3)