Leyendo el documento de consenso sobre el tema de la fibromialgia, acordado en el Segundo Congreso sobre Dolor Miofacial y Fibromialgia realizado, en 1992, en la Ciudad de Copenhague, Dinamarca; pude valorar que estaba en presencia de una entidad para ser valorada por reumatólogos, ortopédicos e internistas con un diagnóstico puramente clínico y controvertido. Es llamativo ver cómo enfermedades que pudieron haberse descrito en el siglo XIX, incrementaron su incidencia y prevalencia en la última década del siglo pasado. Una vez más considero que los agentes estresores de por sí inevitables están jugando un papel importante en esto. El medio ambiente cada día más agresivo, en ocasiones por culpa del mismo hombre, ha conllevado a que las personas con una posible o definida susceptibilidad genética desarrollen un grupo de enfermedades que, en mi opinión, se deben a un desajuste del eje neuro-endocrino-inmunológico. Dentro de estas enfermedades podemos señalar las neurodegeneraciones, el síndrome de fatiga crónica (SFC) y la fibromialgia. Ahora bien, es llamativo que no exista ningún parámetro neurofisiológico, inmunológico, bioquímico, ni imagenológico que identifique a la fibromialgia. Todo lo descrito es inespecífico, cuestión que aleja la posibilidad de elaborar hipótesis etiopatogénica en esta entidad.
2006-09-13 | 3,415 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 7 Núm.4. Julio-Agosto 2006 Pags. 354 Rev Mex Neuroci 2006; 7(4)