Autor: Perera Castillo Fernando
Dejando asentado que el aborto, según el concepto clásico, es la interrupción de la gestación antes de que el producto llegue a alcanzar el límite de su probable viabilidad, que se calcula alrededor de los seis meses de vida en el vientre de la madre, hay que agregar que esta interrupción podrá tener lugar en un huevo anidado en el útero o fuera de él, que el mecanismo de producción podrá deberse a causas intrínsecas o extrínsecas, terapéuticas o criminales y que el producto expulsado podrá también estar integrado por un embrión, feto o masa molar. Tratándose de un aborto, sean cuales fueren las condiciones en que se verifica, la mujer que se encuentra en ese trance, debe ser atendida por técnicos en la materia que se encarguen de comprobar si el huevo y sus anexos han sido completamente expulsados o si su retención total o parcial actuarán como cuerpos extraños, que acarrearán trastornos si en un plazo perentorio no son debidamente retirados. El hecho de que una mujer se encuentre en inminencia de interrupción de su gestación, cae dentro del dominio del arte quirúrgico gineco-obstétrico que en pocos casos se podrá resolver dentro de una expectación armada pero que en su mayoría obliga a la comprobación quirúrgica bajo anestesia.
2006-10-02 | 1,130 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 74 Núm.7. Julio 2006 Pags. 394-397 Ginecol Obstet Méx 2006; 74(7)