Discurso Manizales, 1 de noviembre de 2006. ¡Maestro Hernando¡ Si, MAESTRO y con mayúsculas y entre signos de admiración, nos reunimos hoy aquí para decirle con sencillas palabras y de viva voz, lo que todos, los que fuimos sus alumnos, sentimos por Ud.: «Muchas gracias maestro». Estas tres sencillas palabras multiplíquelas por favor por tantos y por cuantas generaciones de profesionales de la salud, que aprendimos de Ud., no solo a entender los difíciles secretos de la Fisiología, sino que también aprendimos a ver y a sentir la vida en toda su magnitud. De Ud. supimos cómo se pueden mezclar la seriedad de lo científico con el hedonismo responsable de vivir la vida en toda su profundidad. Ud. como persona reúne al académico con toda su rigurosidad y disciplina, con el hombre de carne y hueso que siente, que sufre, que ríe, que goza y que es capaz de transmitir vida, para vivirla en toda su dimensión.
Palabras clave: Hernando González Montoya
2007-03-15 | 1,418 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 6 Núm.13. Diciembre 2006 Pags. 7-8 Arch Med Manizales 2006; 6(13)