La reforma sectorial de salud Reformar es rehacer, volver a formar, restablecer, arreglar, corregir, restaurar, enmendar. Es poner en orden lo que se propone, proyecta o ejecuta, como innovación o mejora peculiar en alguna cosa, proceso o institución. Por tanto, la Reforma no debe ser una prescripción universal y acrítica de procedimientos que hacen cambios sin considerar la direccionalidad, porque dichos cambios, en lugar de mejorar, impensadamente, pueden aumentar las brechas y las inequidades. La Reforma tampoco debe ser un termino generito, en el que al lograr acuerdos aparentes en el vocablo, paradójicamente, por las distintas interpretaciones, se ahonden las diferencias y por ende los mecanismos de operativización del concepto. El elemento fundamental de la Reforma es la organización de los sistemas de salud, para ampliar cobertura, mejorar el impacto en el estado de salud y asegurar la equidad en el acceso a la atención; la redefinición de los modelos de atención con énfasis en la integralidad y la desconcentración y en la ordenación de las prestaciones. La Reforma no esta en las siglas, neologismos o definiciones; tampoco en los estudios, reflexiones o procesos; la Reforma esta en la percepción de los usuarios cuando acceden al servicio que antes se les negaba y sobre todo cuando la atención que se les otorga es mejor que la que recibían con anterioridad, es decir podemos hablar de Reforma cuando la población tiene disponibles servicios de calidad que no excluyen procedimientos ni grupos poblacionales.
2007-05-09 | 954 visitas | 1 valoraciones
Vol. 3 Núm.8. Septiembre-Diciembre 2005 Pags. 364-365 Rev Sig Vit 2005; 3(8)