Autor: Escobar Galindo David
PermÃtanme, señores, antes de esbozar unas cuantas ideas sobre el fascinante y dramático tema que se debatirá a lo largo de esta jornada, que exprese mi desconcierto por la invitación que me extendiera el Presidente de esta honorable Asociación de Periodistas de El Salvador, don RosalÃo Hernández Colorado, para que fuera yo, abogado de libros más que de litigios, poeta de prodigalidad obsesiva más que de interrogación angustiosa, negociar en cierne más por obra de la confianza ajena que de la experiencia tan numerosa y digna del periodismo nacional, en torno a una realidad que toca tan a fondo la misión y la responsabilidad de los hombres y mujeres que a diario nos informan sobre lo que ocurre, y, por consiguiente, son los que acercan nuestra sensibilidad y nuestra comprensión, en gran medida, a las vicisitudes de lo que son el ser y el deber ser, en el aquà y en el ahora. ¿Por qué yo, aquÃ, en este dÃa, ante ustedes, diciendo lo que voy a decir? Quizás por una paradoja: porque no siendo yo técnicamente periodista creo en el periodismo como la expresión más dinámica de la cultura en nuestro paÃs; y por eso, inmerso en su dinamismo, me siento no digo que como pez en el agua sino más aún: como pluma en el aire.
2007-07-06 | 1,026 visitas | Evalua este artÃculo 0 valoraciones
Vol. 5 Núm.10. Enero-Abril 2007 Pags. 520-522 Rev Sig Vit 2007; 5(10)