Autor: Tobar Ponce Roberto Germán
La reforma de la salud, o modernización del sector salud, lleva implícita el reconocimiento que lo que llamamos sistema de salud no está funcionando bien o es anticuado, por lo que se hace necesario reformarlo. En América, no menos de 25 países han tenido el valor de reconocer las debilidades y deficiencias de sus sistemas y, con mayor o menor entusiasmo, se han embarcado en procesos de reforma que tratan de solucionar los problemas identificados en cada uno de ellos. No obstante la buena intención, no es posible ni ético hacer algo tan delicado, sólo por dar cumplimiento a las exigencias de nuestros acreedores, es lo que ha pasado en algunos casos. La reforma sanitaria que necesitamos debe dar respuesta a la identificación de la multicausalidad de los problemas detectados por los diferentes sectores involucrados en el tema, y para ello el estado debe dar el aval correspondiente para la necesaria reforma. Además, se deberá tener en cuenta que el cambio de políticas sanitarias va a depender del momento político que viva el país; es decir, si está colocado en la Agenda Nacional el tema de mejorar la salud de sus habitantes. Debo añadir que es improcedente y no viable políticamente una reforma en cuyo diseño no participen los que de una u otra manera se verán afectados por la misma; es decir, los usuarios de los servicios, los proveedores y los líderes de la conducción de la reforma del sistema de salud, que son las autoridades gubernamentales.
Palabras clave: Sistema Nacional de Salud reforma sanitaria.
2007-09-04 | 8,575 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 5 Núm.11. Mayo-Agosto 2007 Pags. 539-540 Rev Sig Vit 2007; 5(11)