Autores: Batres Baires José Gonzalo, Fernández Taylor Kenneth Ramiro, Navarrete Gálvez Karla M
En un El Salvador marcado por los contrastes en el sistema nacional de salud, donde la demanda hospitalaria de pacientes aumenta y las plazas de médicos residentes se estancan; en donde el presupuesto nacional de salud aumenta de 1.3% en 2006 a 1.7% del PIB en 2007 (11 millones de dólares más para salud), pero que ve disminuido el presupuesto hospitalario en algunos casos (por ej. el Hospital Nacional San Rafael disminuyó su presupuesto de $13,124,225 en 2006 a $5,850,085 en 2007, es decir $7,274,140.00 según la Ley de Presupuesto General del Estado); en un país donde el 80% del presupuesto nacional de salud se dirige a salarios y un médico en formación puede llegar a trabajar 120 horas semanales por falta de personal calificado, ¿es necesario el aporte de los académicos para el desarrollo de un sistema autosostenible? o mejor dicho ¿puede la educación superior alzar la mano en la mesa de discusión de la reforma integral en salud? Cuando en las aulas surgen preguntas esenciales de la realidad nacional de salud, ¿pueden los catedráticos responder con la objetividad y el compromiso necesarios? O ¿estarán los maestros en el mismo estado de expectación pasiva que el resto de la población?
2007-09-04 | 1,255 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 5 Núm.11. Mayo-Agosto 2007 Pags. 540 Rev Sig Vit 2007; 5(11)