Autor: Rojas Malpica Carlos
Siguiendo los acertados consejos de Américo Castro, nada menos que rigor y posibilidades de objetivación, se propone Alonso-Fernández en su lectura del Quijote. La vía regia para su indagación es el método fenomenológico, que le permite tres registros o niveles comprensivos y estructurales: la realidad, el espíritu y el mito. El plano de la realidad lo ocupa el Hidalgo Alonso Quijano, devenido en Don Quijote por la vía del delirio; el del espíritu, la rica metáfora de ideales representada por el Don-quijotismo y por último, el del mito; logrado por el encumbramiento de Sancho Panza, desde los corrales, hasta el estatuto de un Sócrates popular.
El hidalgo Alonso Quijano, soltero, cincuentón y menesteroso, obligado a aparentar lo que desearía ser y tener, repara sus insuficiencias y precariedades por la vía de un
2007-10-29 | 1,257 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 8 Núm.3. Diciembre 2006 Pags. 204-205 Inv salud 2006; VIII(3)