Autor: Barrios Vásquez Santiago
La condición humana, en particular el narcisismo, favorece que clínicos, investigadores, miembros de comités de investigación, de asesores y de bioética, así como pares, editores y los industriales del sector de la salud, sean proclives a la seducción de la fama y la fortuna. Entonces siempre existe la posibilidad del conflicto de intereses, ora en la consulta, ora en los ensayos clínicos, que además sesgarán metaanálisis, protocolos, editoriales y revisiones de la literatura. El conflicto en sí no es reprobable, la dificultad surge cuando otras motivaciones prevalecen por encima de los intereses de beneficiar al paciente y de construir el mejor conocimiento posible. Esta situación, aunada con las dificultades propias de la búsqueda de la verdad científica, entorpece aún más. Sin embargo, la implementación de metodologías de investigación adecuadas, la medicina basada en la evidencia, el desarrollo de criterios para evaluar la calidad de los protocolos, las políticas de los comités y las revistas para declarar y explicar rivalidades entre intereses, así como la educación y la discusión abierta, han sido grandes avances en el manejo de estas dificultades. El objetivo de esta revisión es reflexionar sobre estos mecanismos que buscan proteger la confianza de los consumidores de literatura científica, dando la posibilidad al lector de formar conceptos más libres y sinceros sobre la información que está recibiendo. En conclusión, la confiabilidad de los materiales científicos de la medicina es una responsabilidad colectiva.
Palabras clave: Conflicto de intereses.
2008-01-22 | 1,610 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 58 Núm.4. Octubre-Diciembre 2007 Pags. 296-303 RCOG 2007; 58(4)