Autor: Morán González Luis Rodolfo
García Márquez dice en el primer tomo de su prometida biografía: “La vida no es lo que uno vivió, sino lo que uno recuerda y como lo recuerda para contarla”. El Espíritu del Fraile, segundo de la serie Historia y Salud de Sergio Villaseñor Bayardo, coincide en su totalidad, con esta afirmación. Todos los personajes que en el aparecen, nacidos entre 1923 y 1937 han sido nuestros contemporáneos lo que nos permite comparar lo que ellos o sus familiares afirman de sus vidas, con los que nosotros observamos de sus actuaciones en la antigua facultad de medicina y en el hospital. Y ni siquiera tenemos que hacer comparaciones entre nuestros recuerdos y los que en este libro se plasman. A lo largo del tiempo, muchos nombres y fechas se confunden: el Cardiólogo Enrique Díaz de León, nunca existió, se trataba evidentemente de don Enrique Ruiz de León; tampoco entre los seguidores del maestro Topete, hay un Adolfo Pérez, seguramente Miguel Castellanos se refería a Adolfo Félix Lostanau, el sonorense. Tampoco un Felipe Liasga, sino Leal Arregui, anestesiólogo muerto prematuramente de leucemia. Alfonso Partida quien cambió con su revolución definitivamente el hospital y los médicos jaliscienses, fue sacado por la FEG del hospital en 1968, por lo que no pudo correr al maestro Carlos Ramírez García, quien terminó su periodo en la dirección en 1971, ni a don Salvador Díaz Solís, quien fue director en 1973. Juan López se jubiló del IMSS en 1988, fecha también de la terminación del Hospital Juan I. Menchaca. Es difícil que Luis Navarro haya nacido en 1937, cuando se recibió en 1957.Nunca se bailó en la Copa de Leche y la primera piedra del Hospital Civil Nuevo, se puso en 1959.
2008-05-28 | 1,565 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 9 Núm.3. Diciembre 2007 Pags. 166-167 Inv salud 2007; IX(3)