Autor: Islas Rodríguez Alfonso
Se define como una hinchazón patológica del tejido subcutáneo o de otros órganos, por infiltraciones de líquido seroso. Las causas de lo anterior pueden ser varias pero revelan alguna carencia fisiológica o bien la presencia de un factor externo que la provoca. La analogía con los órganos propios destinados al funcionamiento de la ciencia en México es interesante. El gobierno destinará en 2005 sólo el 0.35% del Producto Interno Bruto (PIB), cuando la recomendación de la OCDE es invertir por lo menos el uno por ciento, es decir, México dedica sólo la tercera parte de lo recomendado sin mencionar que países como Suecia dedican el 3.6% de su PIB. Así el Conacyt queda sujeto a un presupuesto ínfimo que provoca jaloneos a todos los niveles que me permito explicar a continuación. El Conacyt ha preferido, bien en principio, formar comités de pares, es decir, científicos en vez de burócratas calificando a científicos que aprueban apoyo económico a proyectos de investigación propuestos por las universidades e instituciones de investigación. Sin embargo el primer signo de hinchazón del tejido científico es notable cuando el poco recurso económico no alcanza para, por ejemplo en el fondo sectorial de salud del año 2004, los 600 proyectos que lo solicitan y se consigna que pasen sólo 200. Dos de cada tres proyectos son así rechazados en la primera etapa no necesariamente por impertinentes sino por que no alcanzaría el recurso para todos los pertinentes. Casualmente esa proporción es la que le hace falta poner al gobierno para que los 600 proyectos que necesitan apoyo pasaran la mencionada primera etapa de pertinencia y queden listos para el segundo filtro más cerrado que el primero que anulará los proyectos que no tengan calidad, de manera que si, como marca el criterio internacional, se invirtiera el uno por ciento del PIB se evitaría este primer conflicto edematoso, que crea enemigos sin necesidad, se evitaría profilácticamente y podríamos, como país, ponernos metas más altas en ciencia. Lo anterior obliga a los comités de pares a priorizar. Lo escaso del dinero en el presupuesto del sector y los anunciados recortes para 2005 pueden obligar a pensar a los miembros de un comité, más que en la calidad de la propuesta de un proyecto, en protegerse. El proteccionismo entre científicos se define como la acción de favorecer propuestas del grupo al cual se pertenece en perjuicio de propuestas igualmente valiosas pero de grupos a los que no se pertenece. Lo anterior es una característica que sucede cotidianamente bajo las circunstancias descritas, pero nadie se atreve a hablar de ello. En una política de investigación para el desarrollo del país no debería existir el proteccionismo que beneficia sólo a los grupos de influencia establecidos. Una política de investigación para el desarrollo integral para México, requiere presupuesto suficiente para que el cuerpo orgánico, es decir todos los grupos de investigación de los estados de la república tengan oportunidades iguales de obtener apoyo para llevar a cabo sus planes de generación de conocimiento nuevo que lleve a cada región a aplicarlo a los principales problemas de salud pública en beneficio de la sociedad. Se podrían así generar nuevos medicamentos y patentes originales que permitieran no depender tanto de los países del primer mundo. El primer paso para la curación del enorme edema funcional de la ciencia en México sería el reconocimiento de lo anterior, de manera abierta y propositiva sin venganzas ni malos sentimientos, con una visión higiénica que hiciera disminuir la hinchazón de actividad exacerbada de sólo algunas células pero no del tejido y menos del órgano científico del país. Alfonso Islas Rodríguez
2008-06-13 | 1,253 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 6 Núm.2. Agosto 2004 Pags. 72 Inv salud 2004; VI(2)