En el siglo XXI, la agricultura mundial se encuentra atrapada en un debate sobre los organismos genéticamente modificados (OGMs). Este debate, caracterizado por una mezcla de ciencia, economía, política y ética, se lleva a cabo tanto en laboratorios de investigación, salas de juntas empresariales, cámaras legislativas y oficinas de periódicos, como en cafeterías comunes y corrientes, y hogares particulares: en síntesis, en casi todos los lugares donde la gente produce y procesa alimentos o simplemente habla de ellos. En México, activistas encapuchados trepan al monumento del Ángel de la Independencia y cuelgan cartelones de protesta contra la importación de maíz transgénico. En la India, los manifestantes toman por asalto estaciones experimentales y arrancan las plantas genéticamente modificadas de las parcelas de ensayo. En Italia, manifestantes desnudos y empapados con pintura roja que simula sangre arrojan tomates genéticamente manipulados al Secretario de Agricultura estadounidense, que está de visita en el país, para demostrar su oposición a las importaciones de maíz y soya transgénicos.
2008-09-25 | 1,063 visitas | 1 valoraciones
Vol. 1 Núm.3. Julio-Septiembre 2008 Pags. 9-14 Rev Sal Quintana Roo 2008; 1(3)