Autores: Ramírez Ortiz Zoraida, Díaz Castrillón Francisco Javier, Jaimes Barragán Fabián Alberto, Rugeles López María Teresa
El síndrome de inmunodeficiencia adquirida, o sida, fue reconocido al principio de la década de los ochenta y hasta el momento ha causado más de 20 millones de muertes, por lo que se ha convertido en la peor pandemia de todos los siglos. Inicialmente se postularon varias hipótesis etiológicas pero en 1983, con el descubrimiento del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), se creyó que la polémica llegaría a su fin y que este virus sería reconocido mundialmente como el agente etiológico del sida. Sin embargo hoy, después de muchos años de investigación, aún se promueve el origen no infeccioso del sida, negando la existencia del VIH-1 y postulando como agente causal una variedad de factores tóxico-nutricionales que pueden actuar solos o en conjunto para «estresar» el sistema inmune y producir la inmunodeficiencia grave, característica del sida. La existencia del VIH-1 y su asociación causal con el sida han sido corroboradas a lo largo de estos veinte años por diferentes grupos de investigación independientes. Además de satisfacer los postulados de Koch y los postulados clásicos de causalidad, los más de veinte millones de muertes, 42 millones de infectados, 14 millones de huérfanos y 15 mil nuevos infectados diariamente hablan por sí solos, demostrando una vez más el origen infectocontagioso del sida. Este artículo se propone evaluar, con la información científica disponible, cada uno de los puntos que soportan la hipótesis no infecciosa del sida y mostrar cómo, el conocimiento actual del VIH-1 y de la enfermedad permite satisfacer los postulados clásicos de causalidad.
Palabras clave: VIH-1 sida causalidad agentes estresantes.
2008-10-17 | 1,596 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 11 Núm.4. Octubre-Diciembre 2007 Pags. 190-200 Infectio 2007; 11(4)