Fragmento

La sala de urgencias bien puede ser definida como el sitio donde se crean expectativas humanas o se destruyen sueños. Hablar de qué es una urgencia es referirse a la necesidad que tiene un padre de que su familiar sea atendido y de que se resuelva su angustia y dolor. No puede pensar en que para el médico o la institución existen diferencias en la atención con base en esquemas no humanos de realidad o sentimiento. Se sabe que la falta de aire, sangre o agua son urgencias absolutas; sin embargo, el dolor, la fiebre, cuerpos extraños, abscesos, disminución súbita de la conciencia, visión, audición, sensibilidad o marcha también son urgencias absolutas. Es decir, debemos ponernos del lado de lo que somos: padres. Por eso me pregunto constantemente si ser pediatra de un servicio de urgencias nos desliga del sentimiento, la ética y la moral. Por otro lado, sólo las instituciones se refieren a una urgencia real y una urgencia sentida, ¿por qué en la consulta privada no existe esta diferencia? Para el padre todo es urgencia, para el médico humano también todo debe ser urgencia. ¿Por qué la actitud del profesional de la medicina cambia? Lo que uno hace en un sitio debe hacerlo en el otro, no debe existir diferencia. ¿Se es médico cuando se cobra la consulta o se es burócrata cuando le pagan un salario?

Palabras clave: Sala de urgencias dolor ética moral.

2008-11-06   |   14,590 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 5 Núm.12. Septiembre 2008 Pags. 13-14 Dol Clin Ter 2008; 5(XII)