Fragmento

Algún filósofo mencionó que la música es el idioma universal, por cuanto calma a las bestias y une a los pueblos ignorando por completo sus diferencias raciales o de lenguaje. Desde sus humildes comienzos con sonidos y ruidos casi amorfos generados por las piedras siendo golpeadas por el abuelo ancestral del hombre, la música ha evolucionado hasta niveles inimaginables de una manera prácticamente exponencial. Ahora, el abanico de texturas y elementos de que puede echar mano el músico se dibuja carente de límites, siendo su único techo la imaginación del intérprete o compositor. Sin embargo, a pesar de lo que se vive actualmente en cuestión de arte, tal vez siempre existirá aquel romanticismo despertado por la música clásica, por sus intérpretes y sus instrumentos que a momentos resultan un tanto ajenos al lector desprevenido.

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2009-05-15   |   658 visitas   |   1 valoraciones

Vol. 26 Núm.1. Enero-Junio 2007 Pags. 19-21. Med UPB 2007; 26(1)