Autor: Sarmiento Rubiano LA
Consumir alimentos que, además de proveer una nutrición básica, puedan ayudar en la curación y prevención de algunas enfermedades es uno de los aspectos innovadores que en materia de alimentación nos ofrece el siglo XXI. Resulta casi familiar encontrar actualmente en los supermercados de muchos países del mundo, alimentos que reducen el colesterol, ayudan a disminuir el peso corporal, evitan la osteoporosis, regulan la tensión arterial, o inclusive caramelos que evitan la caries dental. Los alimentos funcionales nacen en parte, como una respuesta al incremento de ciertas enfermedades relacionadas con el estilo de vida moderno y se han convertido en una importante alternativa para mejorar la nutrición y la salud publica. El desarrollo tecnológico y los avances científicos han permitido esclarecer los efectos beneficiosos para la salud generados por el consumo de algunos alimentos o componentes alimenticios, generando expectativas para una mejor calidad de vida. El consecuente crecimiento en la producción, mercado y consumo de los alimentos funcionales crea nuevas alternativas económicas y empresariales, que para muchos países pueden constituir además de la generación de divisas, una excelente alternativa en la lucha por mejorar la nutrición y salud de sus gentes.
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2009-05-27 | 1,330 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 10 Núm.1. Enero-Julio 2006 Pags. 16-23. Rev Orinoquia 2006; 10(1)