Autor: Cardoso Hernández Gabriel
La influenza aviar, causada por el virus de la Influenza tipo A (H5N1), continúa ocasionando brotes entre aves de corral y de vida salvaje en todo el mundo. Se extiende desde Asia hasta otras regiones del mundo incluyendo Europa, Oriente Medio y África. También, continúan en aumento el número de casos de humanos infectados por el subtipo H5N1. Estos brotes, históricamente sin precedentes, han despertado serias preocupaciones globales sobre la llegada inminente de una pandemia de gripe. En Estados Unidos se estima que se generaría una demanda de 18 a 42 millones de consultas ambulatorias y entre 314 mil a 734 mil hospitalizaciones, con una mortalidad global estimada en 62 millones de personas. Este es el motivo por el cual la Organización Mundial de Salud (OMS) impulsa a los países a desarrollar y poner en práctica el programa de preparación nacional para hacer frente y mitigar los efectos sociales de una pandemia. Sin embargo, el nivel de preparación es diferente en el mundo desarrollados comparado con el que esta en vías de desarrollo. Cuando surja una pandemia de influenza, todos los países alrededor del mundo serán afectados, con variaciones regionales del impacto. En la pasada pandemia (1918-1920) se evidenció que las tasas de mortalidad en Europa y América del norte fueron significativamente menores comparadas con las de Asia, África subsahariana y Latinoamérica, sin quedar claro hasta el momento la causa de estas diferencias tan marcadas en la mortalidad. Para intentar explicar esta situación pueden estar involucrados diversos factores, como son la falta de acceso a servicios médicos adecuados, el estado de nutrición y las comorbilidades. Otro factor importante a considerar en la actualidad y que impactará negativamente en una futura pandemia de influenza es la alta prevalencia de VIH/SIDA en países en vías de desarrollo. Es sabido que este grupo de pacientes presentan con mayor frecuencia neumonía grave por influenza endémica o estacional, por lo que se espera que esta población sea afectada con un incremento significativo en la mortalidad.
2009-11-30 | 795 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 22 Núm.88. Abril-Junio 2009 Pags. 98-99 Rev Enfer Infec Pediatr 2009; XXII(88)