Autor: Polanco Carrasco Roberto E
Para nadie, que reflexione sobre la historia y desarrollo del conocimiento moderno, resulta un misterio que el camino natural que sigue una determinada profesión o campo disciplinar va desde la ciencia pura, aquella que nace como una genuina inquietud, pasión e inconformismo frente a lo que nos rodea o –mas específicamente- frente a una parte de ese “todo” que habitamos. Posteriormente, esta inquietud, evoluciona en una disciplina que circunscribe sus prácticas y discursos a un determinado conocimiento, consensuado por los miembros de la misma. Finalmente, este desarrollo culmina su evolución cuando se asimilan las normas, reglas y tradiciones de transmisión del conocimiento, que caracterizan a toda profesión. Nos puede resultar sin embargo extraño, o al menos curioso, que una determinada línea de conocimiento -llegado a este punto de su escala evolutiva- manifieste una aparente quietud desde la gestación del conocimiento, no así en la “gestión” del conocimiento ya producido. Se puede observar con qué exaltación se despliegan reglas, normas y ritos en torno a un determinado corpus de conocimiento y su transmisión y qué poco se repara en una franca apatía para fomentar el desarrollo y producción de nuevo y más sólido conocimiento que haga crecer la disciplina, que es lo que en primer lugar sustenta y da sentido a toda actividad profesional.
2009-12-14 | 1,439 visitas | 2 valoraciones
Vol. 3 Núm.1. Mayo 2009 Pags. 8-10 Cuad. Neuropsicol 2009; 3(1)