Autor: Yokota Beuret Patricio
El Dr. Leonidas Quintana nace en Santiago de Chile, en la comuna de San Miguel, la comuna de los Palestro, en el viejo Hospital Barros Luco, un día 24 de Octubre de 1947. Descendiente de ganaderos, de la Región de Chillán, en las quebradas que circundan el río Diguillín, a los pies del gran volcán Chillán. De ésa región viene su padre, Leonidas Quintana Herrera, quién, como era habitual en ésos tiempos tuvo 11 hermanos y luego, siendo muy joven, revolucionó a su familia ya que decidió hacer sus maletas y postular a la Escuela Militar en Santiago. En una de ésas campañas militares, en parte profesionales y también sociales, conoció a su madre, Adriana Marín Fierro, justo en sus mejores 17 años, en que salía reina de la primavera de Nancagua, ciudad vecina a la Ciudad de Santa Cruz, en el valle de Colchagua. Se conocieron en el baile de gala de ésas fiestas y fue amor a primera vista, y para siempre. Aparte del Dr. Quintana tuvieron una hija, Ana Rosalba su hermana que vive en Santiago y trabaja en dependencias del Centro Médico del Ejército. Estudia en Santiago, y cursa toda su enseñanza básica y media en el Liceo José Victorino Lastarria, liceo fiscal “a la antigua”, es decir, de buena categoría. A la antigua también, ingresa directo a la 3ª preparatoria (3º básico de ahora), a los 7 años, ya que sabía leer pero no escribir. Su primer profesor fue el Sr. Fuentes, quien con mucha paciencia le enseñó a escribir. Desgraciadamente, durante el año siguiente, la 4º de preparatoria, se enfermó su profesor, y el curso, que eran como cuarenta, quedó a cargo de un cura español, el cura Seura, quien al ver que escribía con la mano izquierda le agarró mala, y ya casi lo tenía en las cuerdas, listo para enviarlo al mismísimo infierno cuando sorpresivamente desapareció. Sufrió un infarto de miocardio. Fue un alfeñique, chico y flaco, así es que todos sus compañeros más altos y robustos “le sacaban la mugre a cada rato”. Esto duró hasta los 11 años. Le cuenta su problema a su profesor de educación física, Don Manuel Araos procedente de México, el cual lo lleva al gimnasio para técnicas de boxeo. Los mexicanos, le decía, “somos campeones mundiales para los puñetes”.
2009-12-15 | 1,278 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 32 Núm.1. Agosto 2009 Pags. 92-94 Rev Chile Neuroc 2009; 32(1)