Amor y violencia:

Otro coctel neuropatológico en el siglo XXI 

Autores: Gómez Angela María, Godoy Gonzalo, García Diego, León Sarmiento Fidias Eugenio

Resumen

La violencia es una de las primeras causas de muerte en el mundo; paradójicamente, el principal generador de violencia es el mismo sitio donde usualmente se fundamenta el amor y la adecuada relación de pareja, esto es, el hogar. Aunque generalmente se asocia a la mujer como principal víctima de la violencia intrafamiliar, se ha notado un incremento de violencia contra los hombres, y en algunos países la proporción de agresión entre géneros es similar. El principal detonador de discusiones conyugales son los celos, que cuando se tornan patológicos los transforman en suspicacia, la suspicacia en odio, el odio en locura y la locura en desesperación y violencia, todo esto provoca víctimas mortales en forma de homicidios o suicidios. En Colombia se ha incrementado la relación patológica de amor y violencia en las relaciones de pareja, lo cual ha llevado a que en instituciones tan importantes para el funcionamiento de un país como las Fuerzas Militares se hayan implementados programas de apoyo psicológico específico con el fin de disminuir el índice de suicidio en este grupo laboral, entre muchos otros más. De otro lado, diversas investigaciones han encontrado alteraciones neurobiológicas en individuos violentos, incluyendo trastornos neuroanatómicos, genéticos y bioquímicas. Tratamientos farmacológicos y no farmacológicos que incluyen terapias de comportamiento y que tratan al individuo de manera tridimensional (cuerpo, mente y espíritu) parecen ayudar a promover un ambiente más amable para la vida en pareja que el conocido a la fecha de violencia intrafamiliar basada, un sinnúmero de veces, en dolorosas y evidentes evidencias.

Palabras clave: Violencia en pareja violencia doméstica suicidio homicidio maltrato logoterapia.

2010-02-18   |   964 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 25 Núm.2. Julio-Diciembre 2009 Pags. 350-361 Salud Uninorte 2009; 25(2)