De las bacterias que forman parte de la microbiota bucal es interesante seleccionar las determinantes de la virulencia o cariogenicidad de los microorganismos más implicados en el inicio y desarrollo de la caries: estreptococos del grupo mutans, Lactobacillus spp. y Actinomyces spp. Marsh en 1999 postuló que son tres las características distintivas más importantes de las bacterias cariógenas: 1) capacidad de transportar azúcares en competición con otros microorganismos de la placa; 2) capacidad de convertir rápidamente estos azúcares en ácidos y 3) capacidad de mantener estas funciones en condiciones ambientales extremas, tales como un pH bajo. a. Estreptococos del grupo mutans. Los estudios epidemiológicos han demostrado una correlación significativa entre los niveles de estas bacterias en la placa y la saliva con la prevalencia e incidencia de caries. Se han aislado en distintas superficies dentarias antes de la aparición de las lesiones y están implicadas en el inicio de las mismas. El poder cariógeno de los estreptococos del grupo mutans es, aunque con algunas diferencias, muy similar en todas las especies y está muy ligado a la sacarosa, ya que tienen la capacidad de metabolizarla mucho más rápidamente que cualquier otro microorganismo de la cavidad bucal. Desde un punto de vista metabólico, en la tabla se muestran sus factores relacionados con la cariogenicidad. b. Lactobacillus spp. En un principio se pensó que estaban implicadas en el inicio de la caries, ya que además de ser acidógenas y acidúricas son muy acidófilas. Hoy día, la opinión general es que no lo están al comienzo aunque sí en la progresión de la lesión en la profundidad del esmalte y de la dentina, es decir, en el frente de avance del proceso carioso. Su número es mayor en la saliva de los pacientes con un gran número de lesiones, y algunas investigaciones lo han relacionado con la actividad de caries, aunque no es un buen factor de predicción de enfermedad.
2010-04-16 | 6,400 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 6 Núm.69. Abril 2010 Pags. 8-9 Odont Moder 2010; 6(69)