El paciente con boca ardiente

Autor: Vallerand Warren P

Fragmento

Desde la época prehistórica, el hombre se dio a la tarea de buscar los remedios para eliminar el dolor; en especial el provocado por enfermedades y traumatismos. Con frecuencia se olvida que su control se logró hace unas quince décadas. En la actualidad estamos acostumbrados al empleo de la anestesia, los analgésicos y la acupuntura, por ello tendemos a olvidar que todavía a mediados del siglo pasado se consideraba que la dolencia física era una aflicción casi inevitable. Incluso algunas ramas del cristianismo consideraban que este sufrimiento constituía un designio divino. Por ejemplo, los padres de la Iglesia calvinista condenaban con vehemencia el empleo de la anestesia en el parto, pues era contraria a la sentencia bíblica: “Multiplicando multiplicaré tus dolores, y tus preñeces: con dolor parirás tus hijos”. La etiología de este síndrome, también conocido como glosodinia, glosopirosis o estomatopirosis es desconocida. Puede representar un trastorno somatizante de naturaleza psicógena en el que las mujeres afectadas sobrepasan a los varones en una proporción de 7:1 a 10:1. El ardor de la boca idiopático debe distinguirse de sensaciones dolorosas debidas a trastornos de la mucosa como la glositis migratoria benigna, o lengua geográfica y el liquen plano. Cuando exista una anormalidad física asociada o un signo clínico, la etiología de la sensación está relacionada comúnmente con esa anormalidad. La boca ardiente incluye sensaciones que parten de dentro o de cualquier parte de la superficie de la mucosa bucal, incluyendo la lengua. Debido a que los pacientes sufren durante meses o años con esta sensación, puede desarrollarse depresión secundaria y un sentimiento de desesperanza.

Palabras clave:

2010-05-17   |   1,293 visitas   |   1 valoraciones

Vol. 6 Núm.70. Mayo 2010 Pags. 4 Odont Moder 2010; 6(70)