Autor: Reyes Vázquez Horacio
La lactancia presenta ventajas de enorme trascendencia tanto para el bebé como para la madre, además de tener implicaciones para la familia y la sociedad. La alimentación temprana con otros productos distintos de la leche materna conlleva mayor morbilidad tanto para el lactante y como para la madre incluso en países del primer mundo, y cada vez se conocen mejor las ventajas del provecho general aportado en esta díada, única en las relaciones humanas y que se apoya de manera especial en la lactancia. Por todo ello, contraindicarla, retirarla, dificultarla o ignorarla sin motivo de peso constituye una grave irresponsabilidad. Más de 90% de las mujeres toman medicamentos durante este período, con una media de dos a tres por mujer. De hecho empieza a ser frecuente que madres lactantes consulten a su médico preguntando si pueden tomar un antidepresivo, un antibiótico o ponerse anestesia local para un procedimiento dental; realizarse una gammagrafía renal; beber un poco de vino en las comidas, tomar té, o seguir trabajando en un laboratorio fotográfico en donde pueden inhalar vapores de cromo. Cada vez son más las mujeres que defienden con ahínco su lactancia, constatan información contradictoria entre el empaque del medicamento, las instrucciones del médico que prescribe y los consejos de guías, manuales de lactancia o internet; pidiéndonos una respuesta clara y bien documentada, máxime en el caso de que ésta y el fármaco o sustancia consultada se hayan referido como “incompatibles”.
2010-08-27 | 1,140 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 33 Núm.393. Agosto 2010 Pags. 1-4 Prescripción Médica 2010; 33(393)