Qué hacer ante una fractura costal

Autor: García Pinto Guillermo

Fragmento

Cuando las costillas se fisuran, se fracturan o se daña el tejido con que se unen al esternón, se genera una lesión costal, la cual constituye 10% de las lesiones del tórax. Casi todas se presentan en la curvatura del tórax, situada por debajo de las axilas, y para clasificar el problema es importante ver cuántas costillas están dañadas; si se trata sólo de una el compromiso es leve, pero si son más o existe compromiso respiratorio o lesión de órganos o vasos, la condición es grave. Las causas más frecuentes son por trauma directo debido a un accidente o caída, un acceso de tos fuerte (en pacientes con osteoporosis, sumamente deteriorados), por maltrato, por lesiones de repetición o microtraumas. Durante el golpe también puede lesionarse alguna víscera, por lo que la consulta médica es obligada debido al dolor intenso. Entre los factores de riesgo se encuentran: practicar deportes de contacto, tener huesos débiles a causa de alguna enfermedad, padecer tos crónica, llevar a cabo actividades de repetición o microtraumatismos continuos (en jugadores de béisbol, lanzadores de bala, jabalina o disco, basquetbolistas, golfistas, remadores, levantadores de pesas y otras ocupaciones donde se levantan los brazos por encima de la cabeza). Ante estas fracturas los músculos intercostales tiran y se produce dolor al respirar. Cuando se dañan varias costillas el tórax pierde la forma y se genera lo que se conoce como “tórax inestable”, donde al existir menos espacio pulmonar, se dificulta la inspiración.

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2012-12-07   |   975 visitas   |   6 valoraciones

Vol. 35 Núm.421. Diciembre 2012 Pags. 5 y 9 Prescripción Médica 2012; 35(421)