Fragmento

Podríamos hablar de Juan Guillermo durante días enteros, semanas, o tal vez, toda la vida, pero estamos seguros que muchos de quienes lean estas palabras tuvieron el placer y la alegría de conocerle. Por eso no queremos contar tantos recuerdos, cientos de ellos vienen a la mente al evocar su imagen, su nombre y no alcanzaría la tinta ni las hojas de papel para terminar de describirlo; de lo que estamos seguros es que él hubiese querido que todos supiéramos como vivir. A su corta edad él nos lo enseñó y esa es talvez la clave para seguir adelante. Parece una gran injusticia su pérdida; tendremos resignación para afrontar el largo camino que nos queda para tomar su mismo rumbo, el que toman esas personas especiales que cumplen con su misión en este mundo terrenal. Ante los ojos de Dios sus metas ya fueron cumplidas y, aunque parecen inconclusas, sabemos que no es así porque con lo que hizo fue suficiente.

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2003-12-23   |   2,777 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 6 Núm.18. Diciembre 2003 Pags. 125 MedUNAB 2003; 6(18)